En las comunidades indígenas de San Luis Potosí, son las mujeres quienes están tomando la delantera en el acceso a programas de capacitación técnica y emprendimiento. Lejos de los reflectores y de las cifras oficiales que muchas veces las invisibilizan, ellas están transformando el tejido económico local a partir de la educación financiera y la organización comunitaria.
De acuerdo con Ivonne Leos, jefa de Capacitación del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado (SIFIDE), las mujeres representan el grupo con mayor participación e interés en los programas ofrecidos por la institución, especialmente en aquellas zonas donde el desarrollo comercial y la presencia industrial son escasos.
“Sí, definitivamente son las mujeres las que más demandan este tipo de programas. Están muy interesadas en fortalecer sus habilidades, formalizar sus negocios y llevarlos al crecimiento”, explicó Leos. Aunque también hay cada vez más hombres incorporándose a las capacitaciones, el liderazgo femenino destaca de forma contundente.
El contexto, sin embargo, no es menor. Las comunidades indígenas enfrentan retos históricos de marginación, falta de acceso a servicios básicos y limitadas oportunidades económicas. En ese entorno, el hecho de que sean las mujeres quienes estén buscando alternativas a través de la capacitación habla de un proceso de empoderamiento silencioso pero constante.
SIFIDE ha lanzado programas como CRE Étnico, enfocados específicamente en grupos indígenas, y ha adaptado los contenidos del Instituto de Educación Financiera a lenguas originarias, para hacerlos más accesibles. Esto ha sido clave para ampliar la participación y reducir la barrera lingüística que durante años frenó el acceso de muchas mujeres a este tipo de oportunidades.
“Estamos incentivando a que los negocios no solo nazcan, sino que se formalicen. Falta mucho en cuanto a estructura: saber llevar cuentas, diseñar una estrategia de crecimiento. Por eso es tan importante acompañarlas desde la idea inicial hasta que su negocio esté funcionando”, señaló la funcionaria.
Las capacitaciones no se limitan a un solo sector. Van desde comercio y servicios hasta industria ligera y actividades primarias, lo que permite a las participantes adaptar los conocimientos a las necesidades específicas de sus contextos rurales e indígenas.
Además, el SIFIDE ha empezado a firmar convenios con universidades y gobiernos municipales para extender su alcance territorial, abriendo oficinas en el interior del estado y acercando los programas a más comunidades. La estrategia, según Leos, busca romper las barreras físicas y burocráticas que muchas veces impiden el acceso a estos apoyos.